Capitulo 9
Iezid en busca de Beremiz le tiene un nuevo y muy diferente problema ya que este le pide que le enseñe a su hija de 17 años Telassim los misterios del cálculo y la geometría, Beremiz sin preámbulo alguno acepta a pesar de todas las predicciones expuestas por un astrólogo acerca de la vida de Telassim.
Iezid cuenta a Beremiz las previsiones del astrologo y como ha buscado la forma para que su hija Telassim aprenda calculo y geometría aun así con miedo de las previsiones. Además de esto Iezid cuenta la negación de los filósofos de que una mujer aprendas estos misterios.
Beremiz acepta enseñarle a la hija de Iezid aun con algunas condiciones que no podría romper, el hombre que calculaba relata un poco de su historia de acerca como aprendió tanto y como le hará para enseñar si el nunca habría hecho esto antes así hablando de su amigo quien le enseñaría.
Capitulo 10
Beremiz y su amigo, el Bagdalí, se dirigen al palacio de Iezid desde la hostería. El rencoroso Tara-Tir no confiaba en los cálculos de Beremiz, entonces le hacen una prueba el la supera mostrando los números perfectos.
Aquella prueba trataba de saber cuantas pájaros se encontraban en una gigantesca jaula. La respuesta de Beremiz fue correcta al permitir dejar un número perfecto; ya que sería mejor si no fuera un número "vulgar".
Cálculos: 500 - 3 - 1 = 496 aves
Le explican al jeque que cuando liberan a un pájaro debe tener 3 actos de caridad por pájaro: el primero, para la avecilla; el segundo, para nuestra conciencia; y el tercero para Dios.
Finalmente, el jeque decide liberar todos los pájaros y así tener: 496 x 3 = 1488
Capítulo 11
El aposento donde Beremiz dictaba sus
clases era muy espacioso y contaba con caprichosas decoraciones, desde grandes
cojines de seda a bordados con textos
del Corán.
Dentro del lugar se encontraba la futura
discípula de Beremiz dispuesta a empezar con sus lecciones, y poco antes de
iniciar con la sesión precedieron una plegaria.
Beremiz empezó su discurso haciendo
comprender la obra maravillosa del Creador, citando a las estrellas y a las
bellas nebulosas que se admiran en el cielo, e indicó la indiscutible
importancia de la noción de la “medida”.
Durante la lección discernió que medir en
pocas palabras es comparar, y la susceptibilidad de la medida de las
magnitudes admiten así sea a un elemento
como base de comparación. También enseño a su discípula que todo lo que se
encuentra en el universo se rige por leyes, tanto físicas, matemáticas o
morales.
Indicó que la matemática presta sus
servicios a la ciencia y se encarga de engrandecer al hombre, y restó
importancia a los grandes enigmas de la vida reduciéndolas a simples
combinaciones de elementos variables o constantes.
Para finalmente dar por finalizada la
sesión con una oración al Creador.
Capítulo 12
Después de la sesión dejaron el palacio
del poeta Lezid y al salir resonaba un suave gorjeo de pájaros entre las ramas
de una higuera, sin embargo, a Beremiz no parecía interesarle, pues su atención
se vio absorbida por un grupo de niños que jugaban en una calle próxima.
El observó que dos de los niños sostenían
por los extremos un pedazo de cuerda fina que tenía al parecer cuatro o cinco
codos de medida, mientras que los otros niños se esforzaban por saltar por
encima de ella, y notó que la cuerda pasaba tanto arriba como por debajo de
ellos en forma de curva.
Beremiz se sintió exaltado al observar la
curva que formaba la cuerda, como resultado de la acción de fuerzas naturales y
se preguntó si esta tenía alguna analogía con las derivadas de la parábola,
dando como hecho que en el futuro los geómetras estudiarán con rigor sus propiedades.
Mientras que Beremiz conversaba con su
amigo de dicho tema, se encontró con uno de los tres jóvenes hermanos que un
día halló discutiendo en el desierto por la herencia de 35 camellos, que fue
resuelto con una división complicada tan lleno de tercios como de nonos.
Y nuevamente se encontró con otro
paradigma en el cual se hablaría de una cierta cantidad de melones y el costo
de su venta, pues un hermano daría su producto de a 2 por 1 dinar mientras que
el otro 3 por 1 dinar, y el mercader debería repartir la ganancia
equitativamente cuando en su caso el ofreció los 5 por 2 dinar pensando que
lógicamente iba a dar lo mismo.
Entonces Beremiz les indicó mediante una
comprobación que podía existir diez lotes de 5 melones cada uno , de los cuales
3 de A y 2 de B podían ser vendidos a razón de dos dinares cada uno y los dos
últimos lotes comprenderán solo del grupo B y serían vendidos al mayor precio,
dando como finalizado otro paradigma matemático.
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