Capítulo 13
Cuando Beremiz se encontraba levantándose
por la mañana, se le informó de que sería recibido en una audiencia solemne por
el Califa Abul-Abasahmed “emir de los creyentes”, a lo que posteriormente esta
experiencia fue esperada con ansiedad y gratitud de parte de él.
El día llegó y él fue trasladado al
palacio, donde descubriría al poderoso monarca sentado en un riquísimo trono de
marfil y terciopelo. Entonces el Califa se dirigió a Beremiz indicándole que no
iba a iniciar una discusión de los altos problemas políticos mientras que él no
demostrara sus grandes habilidades de calculador.
Por lo cual empezó mencionando una
curiosidad matemática como es el caso de los “números amigos”, en el cual dio
un listado de los números que son divisibles para 220 y 284. Y posteriormente
indicó que entre estos dos números existen coincidencias notables, ya que si
sumáramos los divisores de 220 obtendríamos 284, y si caso contrario sumáramos
los divisores de 284 el resultado sería exactamente 220.
De esta relación concluyó que los dos
valores son números amigos y que al parecer cada uno de ellos existe para
alegrar, servir, defender y honrar al otro.
Al finalizar dicho ejemplo el Califa
terminó sorprendido y halagó la sabiduría de Beremiz y su curioso enigma
matemático.
Capítulo 14
Luego del momento dado, el Califa se veía
de muy buen humor, se dirigió a Beremiz y le dijo:” ¿Qué te parecen estas
hermosas gemelas?, ¡Fíjate bien!, hasta ahora no hallo una diferencia
significativa”, sin embargo, el calculador ponderó que es sumamente fácil
diferenciarlas solo analizando sus trajes.
A lo cual el sultán le respondió que no
era posible, ya que él mandó a vestirlas
con los mismos atuendos. Entonces Beremiz se disculpó con el sultán por
su osadía y le explicó que una gemela poseía 312 franjas en su vestido mientras
que la otra solo 309 y eso ayudaba a diferenciarlas.
Entonces el Califa se sorprendió de la
capacidad del calculador de poder contabilizar las franjas de los vestidos de
las gemelas mientras que ellas se encontraban bailando y lograrlo en escaso
periodo tiempo.
Al parecer las palabras elocuentes de
Beremiz y la osadía mostrada ante un sultán, fueron suficientemente motor para
mostrar que un hombre de ciencia y sabiduría puede ser incluso más grande que
cualquier autoridad.
Capítulo 15
Beremiz dedujo que tal figura pertenecía a
lo que se le llama “cuadrado mágico”, el
cual constituía un cuadrado que podía ser dividido en 4,9 o 16 cuadros iguales
que se denominan casillas.
En dichas casillas deben estar colocados
números enteros que no se repitan y que estén tomados en orden natural, para
luego demostrar que si se suman en columnas o diagonales va a resultar la misma
respuesta.
El resultado invariable es denominado
“constante del cuadrado” y el número de casillas de una línea es el módulo del
cuadrado.
Luego de la explicación y las indicaciones
dadas por Beremiz sobre los cuadrados mágicos, se le realizaron constantes
preguntas sobre diferentes temas matemáticos que incluían cálculos geométricos
y factoriales.
Después de haber respondido sus incógnitas
Beremiz tomó un viejo tablero que constaba de 54 casillas negras y blancas e
indicaba que tal juego se encontraba ligado a numerosos cálculos y notables
enseñanzas, a lo que el Califa interrumpió diciendo que deseaba oírla porque
muestra un destello de interés.
Capítulo 16
Beremiz se presta para narrarle la
historia de la creación del ajedrez al sultán y él lo escucha con suma
atención.
Empieza indicando que existió en India un
príncipe llamado Iadava, el cual era uno de los soberanos más ricos y generosos
de sus tiempos. Pero llegaron tiempos difíciles y hasta el mismo príncipe tuvo
que empuñar una espada para proteger a su pueblo de un insólito y ataque brutal
de un aventurero llamado Varangul, que se hacía llamar príncipe de Calián.
El choque violento de sus fuerzas dejaba
como resultado cadáveres tirados en los campos de Dacsina, y al príncipe Iadava
le costó duros sacrificios para finalmente lograr derrotar a Varangul.
Finalmente acabado dicho enfrentamiento el
no permitió que hubieran celebraciones pues quedaban recuerdos de la penosa
campaña.
El príncipe ya ahora convertido en rey se
encargó de trazar futuras combinaciones de ataques simétricos para ganar con mayor
facilidad. Pero entonces un inventor apareció y creó un tablero con dichas
combinaciones y dividió igualitariamente los cuadros y las fichas para dos
bandos, para finalmente haber creado el juego de mesa que hoy conocemos como
ajedrez.
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