Resumen del libro (Capítulos 17-20)

Capítulo 17

La fama de Beremiz ganó realce entre visitantes y conocidos, los cuales ofrecían demostraciones de simpatía y respetuosos saludos. Todos los días se atendían docenas de consultas de diversas índoles, unas más curiosas que otras, Beremiz atendía a todos con paciencia y bondad sin esperar lucro ni recompensa, a tal manera que rechazaba el dinero que le ofrecían o simplemente lo donaba a los pobres del barrio.

Cierta vez llegó un mercader llamado Aziz Neman, empuñado un papel lleno de números y cuentas, para quejarse de un socio a quién llamaba “ladrón miserable”,”chacal inmundo”,etc. Beremiz examinó con paciencia las cuentas y descubrió en ella varios errores que desvirtuaban los resultados. Aziz reconoció su error y quedó tan encantado que los invitó a dar un paseo por la ciudad.

Aziz los llevó hasta el café Bazarique en donde se encontraron a una contador de historias ,el mismo, que al darse cuenta de la presencia de Beremiz se sintió muy honrado y le propuso contar una historia, que conlleva un problema cuya solución no ha sido descubierta hasta ahora.

El problema se trataba de la venta de unas 90 manzanas, repartidas entre tres niñas 50,30 y 10 manzanas para cada una, el problema resultaba que debían tener el mismo dinero al momento de venderlas todas, evidentemente Beremiz supo resolverlo, como era de esperarse la multitud lo alabo. Finalmente abandonaron el café, pero esta vez, acompañados de unos hombres con pesadas linternas, en medio de la noche, fría y oscura, como símbolo de agradecimiento.

Capítulo 18

Un egipcio llega a la hostería de Beremiz en la mañana, el mismo que lleva consigo una carta dirigida a Beremiz, citándolos a una reunión en el palacio del poeta Iezid, en el momento justo antes de que Beremiz iniciara la lección de matemáticas a su hija.

Salieron acompañados por tres esclavos negros, ya que temían de algún peligro que les ocurrira en el camino, planeado por Tara-Tir, hombre que tenía envidia de Beremiz y que querría acabar con su vida. Fueron guiados por el egipcio hacia un salón muy hermoso, en el que se encontraba el poeta Iezid acompañado de letrados y poetas, después de haberlos presentado tomaron asiento. Entre ellos, había un principe que tenía ciertas dudas y deseaba que sean resueltas.

Una de ellas era: ¿Cuál había sido la contribución de los principales geómetras en la India?, y la otra era: ¿Quiénes eran los principales geómetras que destacaron en la india por las investigaciones realizadas?, Beremiz lo meditó un poco y después dijo que había vivido en la India un brahmán ilustre que se llamaba Apastaba, el cual trataba de hacer orientar a los sacerdotes sobre los sistemas de construcción de alteras y orientación de templos. Este personaje dejó una obra llamada “Suba-sutra” la cual contenía muchos artículos matemáticos muy interesantes, como es el caso del teorema de Pitágoras, le pidieron que se los explicara, para esto, el dueño de la casa pidió a uno de sus esclavos que trajera una caja de arena para pudiera realizar sus cálculos, y así explicándoles la teoría de Pitágoras, de que así era como los sacerdotes calculaban la construcción de los oratorios y esta teoría era realmente verídica.

A el príncipe lo acompañaba un astrólogo hindú que le pregunto a Beremiz ¿Qué si la geometría en la India, fue cultivada con por un sabio que conocía los secretos de los astros y más? Sobre la caja de arena Beremiz escribió el nombre del geómetra más famoso y que como él lo decía conocía los secretos de los astros, él tenía muchas obras y la primera fue “Bija-Ganita” otra llamada “Lalavati” el cual era nombre de su hija y Beremiz le contó la historia de aquella hija la cual estaba destinada a vivir soltera por siempre, su padre lo había visto en los astros y así fue.

Capítulo 19

Aún se encontraba Beremiz en el palacio, terminando de contar la historia de aquella mujer que se había quedado sola. Todas las personas que estaban ahí presentes estaban fascinadas con la historia que les había acabado de contar. El príncipe comento que era fascinante aquella historia, pero se le había olvidado comentar una historia muy interesante y que aún no lo se lograba descubrir su respuesta. Esta historia era la de unos marineros,el príncipe se dispuso a contarla:

Se trata de un barco que fue asaltado y que casi se hunde, pero tres marineros muy valientes ayudaron a que no se hundiera, el capitán muy agradecido decidió recompensarlos con una cantidad de Catils, que sería entregado cuando llegasen al puerto, al siguiente día. Uno de los marineros aquella noche, decidió tomar su parte, el marinero lo dividió en tres partes pero se dio cuenta de que sobraba una moneda y decidió tirarla al mar, para evitar conflictos, y después regreso a su cama. Posteriormente otro de los marineros hizo lo mismo, también lo dividió en tres partes iguales y como sobraba una decidió echarla al mar, el mismo procedimiento se repitió con el tercer marinero. Al amanecer llegaron al puerto y el resto de los Catils fue dividido en tres y sobraba una, pero para que quedara igual se lo quedó con una el Almojarife la duda que todos tenían era ¿cuántas monedas se les había dado en total y con cuantas se había quedado cada uno? Beremiz contesto su duda diciendo que en total las monedas eran 241 el primer marinero se quedó con 80 más 23, el segundo con 53 más 23 y el tercero con 35 más 23, menos tres que tiraron al mar y una que se quedó el almojarife.

El príncipe se quedó muy sorprendido al descubrir que Beremiz podía resolver cualquier problema, aprovecho la oportunidad de aclarar una duda sobre una moneda antigua mostrándosela a Beremiz, posteriormente Beremiz supo que aquella moneda o medalla, podía haber sido utilizada como un talismán en la antigüedad pues los números que se encontraban en la medalla tenían relación con el número 7 que era un numero sagrado en la antigüedad.

Todos como siempre estaban encantados con lo que realizaba Beremiz el príncipe le ofreció una gran recompensa. Luego el poeta los hizo pasar a una sala donde ofrecería un gran banquete. Y como nos habremos dado cuenta el prestigio de Beremiz y así fue como le ofrecieron otro puesto más distinguido.

Capítulo 20

Beremiz salió de la sala donde se encontraba comiendo y se dirigió a la sala donde daría su segunda lección acompañado de una esclava, de su amigo y de Doreid, joven que era amigo del poeta y que deseaba escucha la clase de Beremiz. 

Llegaron a la sala donde se impartiría la clase y Beremiz se colocó en el centro de la, después de la oración empezó la lección del día con el “número” mencionando que desde la antigüedad lo hemos empleado para miles de cosas al clasificarlas, también los animales pueden distinguir diversas cantidades pero en realidad no sabemos de dónde procede el número. Posteriormente dijo que para demasiadas cosas debemos de contar y para sumarlo y dar con un cierto número debemos de emplear un sistema de numeración, Beremiz comento que el más antiguo se llama “quinario” ya que este se agrupa de cinco en cinco, siguió explicando el sistema, después menciono otros sistemas de numeración empleadas por varias tribus, como lo es el de Babilonia, el de base 10, otro era el de base doce ya que se contaba por docenas, medias docenas etc. 

También se encuentra el de sistema decimal que es uno de los más importantes y en este se considera el número 10, porque es el total de dedos que tenemos en ambas manos. Y así adoptando cada tribu su lenguaje oral pero la numeración escrita fue más lenta y a que se ocuparon varios siglos para que el humano encontrara una solución más adecuada para la representación de los números, así cada tribu utilizó diversas características especiales como lo fueron las letras o comas después de un determinado número, pero esta era un gran problema en la aritmética hasta que un día un sabio hombre que su nombre es desconocido, inventó el cero y así haciéndose cada día mas fácil solo con nueve cifras y el cero. Así descubriendo los geómetras árabes que si se agregaba un cero a la derecha de una cifra se elevaba el valor de la cifra. Posteriormente Beremiz dijo un pequeño poema y así finalizando su clase.

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